Reflexiona sobre las cosas que no llegó a hacer, sus asignaturas pendientes, lo cual resulta un llamado de atención para quienes aún están vivos y a tiempo para no postergar nada importante. El tono de esta comedia es liviano, pero no superficial. Genera risas, lágrimas y deja mucho material para pensar, ya que la muerte es una certeza ineludible, aunque nos hagamos los distraídos y no queramos reconocer que, tarde o temprano, nos va a tocar.